miércoles, 23 de mayo de 2012

Léxico y Semántica

Léxico y Semántica

 
Los dos Puntos:

Los dos puntos, son uno de los elementos clave de cualquier escrito redactado correctamente, se pueden utilizar en diferentes situaciones, lo más común es para enlistar una seria de cosas o puntos o para hacer referencia a lo que otra persona ha dicho. Les dejo unos ejemplos de uso de dos puntos bajo algunas condiciones muy comunes.

Ejemplos:
1. Tres nombres destacan en la poesía española contemporánea: Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado y Federico García Lorca.
2. No se me puede condenar por lo que he dicho: la verdad, lealmente expresada, no puede ser delito.
3. Al entrar en la habitación, me dijo: "Acabo de llegar de Segovia...”.
Las Comillas:
He aquí otro signo ortográfico que, bien empleado, sirve en ocasiones para destacar una palabra o una frase, pero del que no conviene abusar, ante todo por razones de estética tipográfica.
También se pueden utilizar las comillas cuando se quiere dar cierto énfasis a una palabra, o, simplemente, un sentido irónico.
Suele utilizarse también este signo ortográfico cuando se escribe una palabra nueva (neologismo o barbarismo) o algún vocablo poco conocido -tal el caso de una palabra propia de una determinada jerga profesional.
El peligro de las comillas está en el abuso. Escritores hay que entrecomillan las palabras suponiendo que así, la frase resulta más intencionada o más "graciosa". El resultado suele ser antiestético, tipográficamente, y hasta contraproducente. Cuando se abusa de las comillas, el signo pierde fuerza y acaba por ser prácticamente insignificante.
Ejemplos:
Y yo le dije: "¡Caramba! ¡Estás desconocido!".
César, antes de pasar el Rubicón, dúo: "La suerte está echada!".
Nunca recibí un ataque tan "caballeroso", como el que acaba de hacerme tan "digno" contrincante.
Las cabinas "presurizadas" son indispensables para los vuelos de gran altura.
Esto de los "cíceros" y de los "puntos", no acabo de entenderlo bien.

Los paréntesis:
Los paréntesis son signos que encierran elementos incidentales o aclaratorios intercalados en un enunciado.
Los paréntesis se usan en los siguientes casos:
a) Cuando se interrumpe el sentido del discurso con un inciso aclaratorio o incidental, sobre todo si este es largo o de escasa relación con lo anterior o posterior.
Ejemplos:
El abuelo de Alberto (en su juventud fue un brillante cirujano) parecía una estatua sentado en aquel sillón.
Las asambleas (la última duró casi cuatro horas sin ningún descanso) se celebran en el salón de actos (para estos incisos también se puede utilizar guion largo).
b) Para intercalar algún dato o precisión: fechas, lugares, significado de siglas, el autor u obra citados...

Ejemplos:
El año de su nacimiento (1616) es el mismo en que murió Cervantes.
Toda su familia nació en Valdivia (Chile).
Una ONG (Organización no Gubernamental) ha de ser, por principio, una asociación sin ánimo de lucro.
La humanidad prehistórica» (Luis Pericot).
c) En ocasiones se utilizan los paréntesis para evitar introducir una opción en el texto. En estos casos se puede encerrar dentro del paréntesis una palabra completa o solo uno de sus segmentos

Ejemplo:
En el documento se indicarán el (los) día(s) en que haya tenido lugar la baja.
d) Cuando se reproducen o transcriben textos, códices o inscripciones con abreviaturas, se pueden utilizar los paréntesis para reconstruir las palabras completas o los elementos que faltan en el original y se suplen.
e) En la trascripción de textos se utilizan tres puntos entre paréntesis para dejar constancia de que se omite en la cita un fragmento del texto (en este uso suelen alternar con los corchetes).

Ejemplo:
Hasta aquí (...) la obra visible de Menard, en su orden cronológico. Paso ahora a la otra: la subterránea, la interminablemente heroica, la impar. También, ¡ay de las posibilidades del hombre!, la inconclusa. Esa obra (...) consta de los capítulos noveno y trigésimo octavo de la primera parte del don Quijote y de un fragmento del capítulo veintidós.
(Jorge Luis Borges: "Ficciones").
f) Las letras o números que encabezan clasificaciones, enumeraciones, etc. pueden situarse entre paréntesis o seguidas del paréntesis de cierre.

Los Puntos suspensivos:
Los puntos suspensivos son un modo gráfico de expresar lo que no debe verse: las pausas, las dudas, la inseguridad, en suma, de nuestro propio pensamiento al escribir.
No obstante, los puntos suspensivos deben emplearse siempre que, precisamente, sea esa impresión de duda o inseguridad la que debe darse al lector; por ejemplo, en el dialogo. Aquí, normalmente, los puntos suspensivos deben emplearse cuando queremos indicar con ellos las pausas que está haciendo el que habla, sus vacilaciones, sus dudas.
Veamos las reglas que, al respecto, nos dan los gramáticos:
1) Los puntos suspensivos indican interrupción en lo que se dice.

EJEMPLO
Sí, lo respeto mucho, pero...

2) Otras veces los puntos suspensivos están en lugar del poco admisible "etcétera.

EJEMPLO:
Numerosos son los grandes caudillos de la historia: César, Felipe II, Napoleón, Bismarck...
3) También se ponen cuando se hace una pausa al ir a expresar temor, duda o algo sorprendente.

      EJEMPLO:
No me decidía a estrechar la mano de un... asesino.

Empiezo a comprender por qué la quería y por qué... le pegaba. Abrí la puerta y... ¡horror!... Un espectáculo dantesco.


Hoy quise volver a mi pasado
Para sentir de nuevo tus brazos...

Quise detener mi presente, sin pensar en un futuro,
Que no me permitiera disfrutarte en nuestro pasado.
Pero no pude porque...
Recordé que al igual que los años pasan para no volver,

Los muertos mueren para no vivir,
Y tú estás así, atrás como esos años, y muerta como esos no vivos.
Dejaste de ser, para no ser nada, para no existir, para no volver,
Para no vivir...

Por eso, hoy quise volver a mi pasado,
Para sentir de nuevo tus brazos...


La oscuridad del vacío

Luis Rodríguez Sotres

¿Cómo podré explicarles?... Como un murciélago reconozco la oscuridad del vacío por el eco de recuerdos terrenales a los que me aferro.
Hace ya mucho tiempo que fue el fin del Mundo, pero mi espíritu se mantiene estático, o tal vez, viajando a increíble velocidad por el espacio infinito. . . en fin, la posición y el tiempo no importan ya en mi historia. . . una larga cadena de recuerdos mal encadenados por el pensamiento… a tal punto, que ya no sé qué fue verdad y qué fantasía… ¡Qué tristeza!, ni con mi historia me quedé… pero miserable o excelsa… está perdida.
Ser lo que soy es lo que más me atormenta, una inteligencia pura que con sus propias deducciones descubrió todas las leyes naturales. Descubrir las causas y efectos que constituyeron el Universo fue divertido, pero ahora, soy una inteligencia sin objeto, esperanzada en encontrar un Dios que le dé sentido a mi existencia. ¡Soy una pregunta sin respuesta!, ¡una premisa sin conclusión! No tengo nada más que preguntarme y torturarme sin saber el porqué de mi existencia por toda la eternidad, pues ya no puedo distraerme con las necesidades fisiológicas, intelectuales o… banalidades terrenales.
He aquí mi triste historia, que por ello es grandiosa: Alcancé mi plenitud mental al vivir de la Nada. Todo lo sé, pero es conocimiento inútil… no puedo aplicarlo, ni admirarlo, ni saborearlo… ¿qué diferencia hay entre la Nada y el Todo si uno se siente vacío y sólo!...
¡Quiero dejar de pensar y no puedo! He pensado sin descanso y a increíble velocidad durante “millones de millones de años”. Este es mi castigo, pensar sin llegar a tener conclusiones de lo único que me importaba en la Tierra: Yo.
Olvidado en el caos de la eterna creación universal, espero que llegue la paz del único que Es. Pero no creo que llegue pronto… me aleja del Ser el eco de recuerdos terrenales… ¡Necesito dejar de pensar!, ¡pero me es imposible!...
¡Cómo temo apagarme, cerrar los ojos de la mente y entregarme al Ser! Aceptar que existe sabiendo que nunca podré comprenderlo o conocerlo, pues mi existencia es incapaz de abarcar su conocimiento. Dejar mi propia luz para entregarme a lo que sea que Él sea…
¿Si sólo soy inteligencia qué será de mí si dejo de pensar?... ¿dejaré de existir o me aceptará el creador?
Maldita sea, me siento solo… expulsado del Todo por mi tibieza espiritual: ¡vomitado!
¡Tengo que intentarlo!: A la una, a las dos, a las tres…

El guion largo:
El guion largo (—) se puede usar aisladamente, o bien, como en el caso de otros signos de puntuación, para servir de signo de apertura y cierre que aísle un elemento o enunciado.
Este signo se utiliza con los fines siguientes:
a) Para encerrar aclaraciones o incisos que interrumpen el discurso. En este caso se coloca siempre un guion de apertura antes de la aclaración y otro de cierre al final.

Ejemplos:
Llevaba la fidelidad a su maestro —un buen profesor— hasta extremos insospechados.
Esperaba a Emilio —un gran amigo—. Lamentablemente, no vino.
En este uso, los guiones pueden ser sustituidos por los paréntesis e incluso por comas. La diferencia entre una u otra opción depende de cómo perciba quien escribe el grado de conexión que el inciso mantiene con el resto del enunciado.

b) Para señalar cada una de las intervenciones de un diálogo sin mencionar el nombre de la persona o personaje al que corresponde. En este caso se escribe un guion largo delante de las palabras que constituyen la intervención.
Ejemplo:
— ¿Qué has hecho esta tarde?
—Nada en especial. He estado viendo la televisión un rato.

c) Para introducir o encerrar los comentarios o precisiones del narrador a las intervenciones de los personajes. Se coloca un solo guión largo delante del comentario del narrador, sin necesidad de cerrarlo con otro, cuando las palabras del personaje no continúan inmediatamente después del comentario.
Ejemplo:
—Espero que todo salga bien —dijo Azucena con gesto ilusionado. 
Se escriben dos guiones, uno de apertura y otro de cierre, cuando las palabras del narrador interrumpen la intervención del personaje y esta continúa inmediatamente después.
Ejemplo:
—Lo principal es sentirse viva —añadió Pilar—. Afortunada o desafortunada, pero viva.
Tanto en un caso como en el otro, si fuese necesario poner detrás de la intervención del narrador un signo de puntuación, una coma o un punto, por ejemplo, se colocará después de sus palabras y tras el guion de cierre (si lo hubiese).
Ejemplo:
— ¿Deberíamos hablar con él? —Preguntó Juan—. Es el único que no lo sabe.
—Sí —respondió la secretaria—, pero no podemos decirle toda la verdad.

d) En algunas listas, como índices alfabéticos de libros o bibliografías, el guión sirve para indicar que en ese renglón se omite una palabra, ya sea un concepto antes citado o el nombre de un autor que se repite.
Ejemplos:
Verbos intransitivos
— transitivos
— irregulares
— regulares

Ortega y Gasset, J.: "España invertebrada" (1920-1922).
—: "La rebelión de las masas" (1930).
—: "Idea del teatro" (1946).

Guion corto:
El guion corto es el signo ortográfico (-) que se pone al fin del renglón que termina con parte de una palabra que no cabe en él o se emplea para unir las dos partes de algunas palabras cuyos términos indican separación. Los guiones cortos se usan para indicar a los interlocutores de un diálogo. En este caso, se usa un guion al empezar cada frase, y se concluye con un punto y aparte.
Si el narrador añade un comentario al final de lo que dice el hablante, se pone un guion para separarlo, y se concluye con un punto.
A veces algunos autores agregan otro guion al final de la frase, lo cual no es necesario, y puede confundir al lector ya que puede pensar que prosigue el discurso del hablante.
Ejemplo:
CACERÍA DE BRUJAS
—Prisionero Estévez, usted fue hallado culpable del delito de terrorismo, y sentenciado a la pena de muerte. Díganos por última vez: ¿cómo se declara?
—Inocente de estos cargos
—Muy bien… Sacerdote, proceda con la extremaunción
—Hijo… el Señor sabe toda la verdad y siempre esta dispuesto a perdonar si tú tan solo… admites haberte equivocado
—Padre… yo soy inocente de estos cargos; pero he pecado padre
—Bien hijo, recuerda que no me lo dices a mí, se lo estas diciendo a Él —aclaró señalando con su dedo al cielo.
—Hace cuarenta años padre, yo acepté dinero para atestiguar en contra del italiano zocco y su compañero anarquista; ambos fueron ejecutados
—Estás perdonado hijo mío
—Muy bien… procedamos con la ejecución; soldados: a mi orden… levanten esas tres llaves de corriente

Los Signos de admiración:
Mientras que en el hablar se puede manifestar sorpresa, asombro o cualquier otra emoción exaltada – o simplemente enfática – mediante una especial entonación de voz, en la escritura, para representar cualquier exclamación, se recurre a los signos de admiración, uno inicial o de apertura (¡) y otro final o de cierre (!). Entre ambos signos se contiene aquello que es objeto de exclamación.
Se ponen los signos de admiración al principio y al final de los enunciados exclamativos (aquellos que expresan un sentimiento o una emoción con intensidad):
¡Está nevando!
¡Qué desastre!
¡Qué demonio de hombre!
Si la exclamación afecta a una de la frase, los signos de admiración se ponen donde empiece y termine la exclamación:
¡A las armas!, gritaron todos.
Íbamos tan tranquilos cuando - ¡no veas la que se armó!
Se suelen escribir entre signos de admiración las interjecciones (¡ay!, ¡oh!), las apelaciones (¡Oiga!, ¡Eh usted!), ciertas innovaciones religiosas ¡Dios mío, protégeme!
Si se manifiestan varias exclamaciones seguidas, cada una tiene que llevar sus propios signos y empezar por mayúscula.
¡Ladrón! ¡Malas entrañas! ¡Ojalá te despidan del trabajo ¡ 
Si son muy largas las exclamaciones en serie pueden escribirse como en los ejemplos anteriores con mayúscula al principio de cada enunciado o separadas por comas o por puntos y coma y con minúscula:
¡Corre!, ¡que te agarro!
¡Ay, Dios mío ¡lo que tenemos que sufrir ¡
Si una frase es a la vez interrogativa y exclamativa, se utilizan ambos signos, al principio y al final. Lo ideal es dar preponderancia al que rige la intención de la oración
Frase, aunque debe tener presente que la colocación de dichos signos, en la lengua escrita, puede variar de manera significativa el sentido de la misma:
¡¿Qué no te lo dio? ¡
¡¿Qué? ¡¡ ¿No te lo dio? ¡
Se usa el signo de admiración de cierre, escrito entre paréntesis, para expresar el asombro que produce lo expresado por otro:
Dijo de si mismo que era un genio (!).
Constaba cincuenta mil dólares (!).

Signos de interrogación:
Con respecto al impacto ambiental, ¿se ha previsto algún tipo de medidas para que su efecto sea el menor posible?
El signo de interrogación es un signo de puntuación que indica que la oración que le sigue o precede es una pregunta.
En la mayoría de los idiomas se utiliza un único signo de interrogación al final de la frase interrogativa: Quanti anni hai?", "Wie alt bist du?", "How old are you? (en italiano, alemán e inglés« ¿Cuántos años tienes?»). Este fue el uso habitual también en español hasta mucho después de que la segunda edición de la Ortografía de la Real Academia, en 1754, declarase preceptivo iniciar las preguntas con el signo de apertura de interrogación invertido (¿) y terminarlas con el signo de interrogación ya existente (?) —« ¿Qué edad tienes?
En obras de carácter enciclopédico es usual el uso de la interrogación para indicar fechas inciertas. Un ejemplo sería Gengis Kan (¿1162?-1227).3
La lengua asturiana usa del mismo modo que el español los signos de interrogación. Otras dos lenguas en que se utilizan la apertura del signo de interrogación son el catalán y el gallego, aunque en ambos casos son opcionales y normalmente relegados a frases largas o en las que pueda haber ambigüedad.
Los signos de interrogación (¿ ?) como su nombre lo Indica, se usan en expresiones interrogativas. Deben ponerse al principio y al final de ellas. Después de estos signos no se pone punto.
Ejemplos del uso de signo de interrogación:
¿Dónde estuviste ayer?
¿A qué hora regresaste?
¿Has descansado ya?
Al usarlos se hace una pausa equivalente al punto final.

Los signos de exclamación (¡ !) se ponen, igualmente, uno al principio y otro al final.

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